“No sé si puedo cambiar el mundo, pero sí sé lo que puedo hacer”. Esta frase de María Villota Comba (1980-2013), Test Driver de Fórmula 1, puede resumir el mensaje que quedó flotando al final de la charla-coloquio que los alumnos de 4º ESO tuvieron con el padre de María, el expiloto de Fórmula 1 Emilio Villota. Le acompañó el Director General de la Fundación Deporte Joven del CSD, Alfonso Jiménez. María falleció en octubre de 2013 en Sevilla. En julio de 2012 había tenido un grave accidente probando un F-1 en Australia, del que se salvó, pero que le dejó secuelas.

Durante el encuentro se proyectó el reportaje titulado “El legado de María”, que fue emitido en televisión y en el que María contaba su trayectoria vital y cómo el accidente le hizo “sentir lo que es el dolor, por eso puedo estar más unida a la gente que sufre. Ahora -decía ella entonces- con un ojo veo más que con dos.”

Emilio animaba a los jóvenes que se propusieran metas ambiciosas, sin temor a los sacrificios que conlleven: “la vida pone trabas, pero siempre alcanzas lo que luchas. Era lo que se repetía María”. En este sentido, su padre señaló que “cuando María soñaba con el el automovilismo -un deporte en el que apenas hay mujeres- y empezaba a dar sus primeros pasos, yo le decía que si quieres algo lucha por ello. Creo que este es el legado que le dejé”.

En el reportaje, la misma piloto reconocía que “lo verdaderamente importa es ser nuestra mejor versión en las cosas de cada día -peinarte bien, pintarte los labios, dejar recogido el salón-, ser una persona positiva”. Por eso su padre animó a los alumnos a que “no te quedes con imágenes de automovilismo, sino con la cara B de su vida”.

Después del accidente, María dedicó su vida a colaborar con causas e instituciones que ayudasen a personas necesitadas, no sólo materialmente, sino también necesitadas de consuelo moral. Fue tanta la dedicación que tuvo, que el sacerdote que celebró su funeral le hizo a María una pregunta: ¿qué has visto con tanta claridad que nosotros no hemos visto?. Así terminó su padre el encuentro con los jóvenes, animándoles a que descubran el verdadero valor de la vida.

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