Es jueves por la tarde y decenas de familias llenan el salón de actos. No hay entrega de notas, ni reuniones con profesores. ¿Qué ha sucedido? Las AMPAS de los colegios Tajamar y Los Tilos han invitado a Rosa Pich para que comparta con las familias de estos centros educativos de Madrid su experiencia como madre de 18 hijos (tres de ellos ya fallecidos).
Con más de 27.000 seguidores en Instagram, Rosa Pich es conocida por haber recibido el Premio Familia Numerosa Europea del Año y por su libro “¿Cómo ser feliz con 1,2,3…hijos?” que se ha traducido en 15 idiomas. Además Rosa es conocida por el ejemplo de amor y fe que dio su familia con el fallecimiento de su marido, José María Postigo, tras un cáncer que les sorprendió a todos.
Un plan de mejora personal para cada hijo
En la nevera de los Postigo Pich hay una lista de encargos para cada uno. Por ejemplo, apagar las luces o abrir cuando llamen a la puerta. Junto a ella hay un lista de mejoras y autosuperación. Rosa bromea diciendo que hacen “coaching”. Fuera de bromas dice que los padres pueden ayudar mucho a los hijos.
Ese coaching se concreta en un plan de mejora para cada uno. Explica que su hija Pepa cuando nació era una chica seria. “No es malo serlo, pero es más agradable estar al lado de personas que sonríen”, nos explica Rosa. Así que decidieron que esa iba a ser su mejora y dio resultado. Hace tres años en la fiesta de Navidad del colegio una mamá de otra familia le dijo: “Rosa. ¿te has fijado la sonrisa de tu hija Pepa?”. Esta madre destacó la sonrisa de Pepa de las 100 niñas que estaban en el escenario .
Otra de las historias que comparte en esta conferencia en Tajamar es el caso de su hijo Álvaro. Comenta que, pese a ser atleta y haber subido al podio en Cataluña, es muy tímido. “Nosotros cuando hablábamos de sus logros deportivos, él se escondía bajo la mesa”. Rosa y José María Postigo le pusieron como mejora es superar su timidez. Al cabo de un año fue mejorando, ahora Álvaro actúa en obras del teatro del colegio. Incluso como actor principal.
Su hijo Tomás es un niño que llora mañana, tarde y noche. Rosa explica que a veces su hijo se levantaba y lloraba porque no encontraba los zapatos antes de ir al colegio, lloraba porque se le caía el vaso de leche, etc. Al cabo de un día podía llorar en varias ocasiones. Su mejora es llorar una sola vez al día. O su hija Cuqui, comenta Pich, es “compradora compulsiva. Necesita a comprar sí o sí”. Su mejora es no comprar. Con humor comenta que papá y mamá no se escaquean. Ellos también deben tener el suyo.
Las familias escuchan atentamente a Rosa y están impresionadas. Algunas han dejado a sus hijos en el servicio de guardería y otras les tienen en brazos o sentados a su lado. Entonces preguntan a Rosa Pich: ¿tTenes tiempo para hablar cada uno? Ella contesta que sí y recuerda que cada hijo es único. Cada uno tiene necesidades de afecto distintas. Unos con una mirada y un abrazo se saben queridos, otros necesitan más y hay que dárselo.
Cómo son las comidas en casa de Rosa Pich
Durante la sesión en Tajamar, Rosa Pich cuenta que a su familia les localizó la televisión pública británica BBC porque quería graban un programa sobre las familias más numerosas del mundo. “En casa no hay móviles hasta los 18 años”, afirma Rosa. Y con la misma rotundidad asegura que pese a ello sus hijos no son unos asociales y tienen amigos.
Y es que su casa, a la hora de las comidas, no están invitado ni móviles ni televisores a su gran mesa redonda. Han trabajado para crear una sola conversación donde todos pueden participar. A la hora de comer hay tres normas: servir a la derecha y a la izquierda, escoger el peor trozo para ti y dejar lo mejor para los demás y hacer un pequeño sacrificio.
Todos hacemos deporte, también mamá
El deporte es fundamental para los hijos en el colegio y en las extraescolares. “Si mis hijos no chutan la pelota de fútbol, cuando lleguen a casa chutarán las cabezas de sus hermanitos”, explica de forma cómica Rosa. Y no sólo para los hijos, también para los padres. Esta madre es una apasionada del pádel. Cada semana queda con unas amigas para jugar parallegar a casa con fuerzas y relajada.
“Mi marido es el más importante”
En ocasiones puede suceder que los padres se centren mucho en sus hijos y descuiden su relación de esposos. “El más importante para mamá en casa es papá y el más importante para papá es mamá”, subraya Rosa.
Ella explica que no es bueno cambiar el orden ya que los hijos se acabarán yendo de casa con los años pero no el marido o la mujer. Por esa razón, Pich aconseja cuidar los momentos a solas para el matrimonio. Los niños tienen que ver con hechos que sus padres se quieren. Las soluciones a la falta de tiempo tiene que ser originales: una escapa de fin de semana o una tarde a la semana salir sin teléfonos a dar una vuelta a la manzana. “Hay que trabajar el amor cada día. Donde no hay amor hay que meter amor para sacar amor. Todos tenemos defectos y problemas”.
La familia que reza unida se mantiene unida
La autora de “¿Cómo ser feliz con 1,2,3…hijos?” recibe otra pregunta del público: ¿Cómo vivir la fe en familia? Ella responde que la fe es un don y que al hablar de la familia se llega a Dios. Como familia ven el mal que hay fuera de casa y crean una muralla para que entre en el hogar. Rosa explica que esa muralla es la oración. “En las vacaciones de 24 horas que tiene el día hay que sacar 20 min para dar gracias por el papá, los hermanos, la comida, una cama donde dormir”.
Rosa concluye su explicación compartiendo que ellos rezan el Rosario en familia cada día antes de cenar. Termina la sesión y el aplauso es tan grande como la familia y vitalidad de Rosa Pich.