Cerca de cien personas, entre profesores y alumnos de Tajamar, se sumaron al grupo de cuatro autocares que salieron desde el colegio el 25 de julio camino de Cracovia (Polonia) para participar en la Jornada Mundial del la Juventud 2016, convocada por el Papa Francisco, y a la que asistieron 1,5 millones de jóvenes de todo el mundo. Fue un viaje estudiado y preparado desde hace meses. Los trayectos estaban estudiados y, por ejemplo, durmieron en albergues cuatro de los ocho días que duró el viaje. Durante el trayecto, como se puede ver en los resúmenes audiovisuales que hizo Juan P. Sánchez, visitaron ciudades de una gran belleza y tradición artística y cultural: Verona, Viena, Praga, entre otras. Y hubo tiempo para todo: cantar, reír, bailar, jugar en los parques, rezar y conversar.
El momento más esperado del viaje fue la vigilia de oración en el Campo de la Misericordia, a las afueras de Cracovia, la noche del sábado 30 de julio. Sobrecogió, por ejemplo, el silencio absoluto que se hizo cuando el Papa pidió a los jóvenes un momento de oración por todas la personas que sufren. En un momento del encuentro hubo intervenciones de jóvenes de distintas nacionalidades. Una joven siria habló sobre la guerra en su país y el Papa dijo que “la actitud de los cristianos ante la violencia no es responder con más violencia, y al odio con más odio. La respuesta que debemos dar tiene un nombre, fraternidad, familia”.
Durante ese encuentro Francisco animó a los jóvenes a “no pasar la vida cómodamente en un sofá, sino a luchar por hacer el mundo diferente (…). Hemos venido a dejar huella”. Terminó diciendo que “Jesús quiere tus manos para seguir construyendo el mundo de hoy”.