El pasado viernes 13 de noviembre, los alumnos de 1.º del Ciclo de Diseño y Edición de Publicaciones Impresas y Multimedia (DEPIM) visitaron las exposiciones “Caligrafía española. El arte de escribir” y “Caligrafía hoy. Del trazo al concepto” ambas en el Museo de la Biblioteca Nacional.

La primera realiza un recorrido por la historia de la caligrafía española, que comienza sobre todo en el siglo XVI, reivindicando la gran calidad de los calígrafos españoles. La llegada de la imprenta y del grabado convirtió a los escribanos en artistas.

Destacan en esta exposición cuatro nombres: Palatino, Icíar, Lucas y Palomares. A este último, la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País le encargó en 1774 un “carácter nacional” como lo tenían las demás naciones. Su letra debería contener los atributos que considera propios de la letra española: gallardía, firmeza, robustez y arte.

Se intentó construir o definir una forma de escritura derivada de la cancilleresca italiana, de ahí que se llamara bastarda: no era una letra propia diferencial, sino la evolución de un mestizaje.

En la segunda exposición ofrece una amplia muestra de ejemplos de los derroteros que el arte caligráfico ha tomado en la actualidad, desde el branding al diseño o la creación de tipografías.

El objetivo que José Manuel Carrión, profesor de diseño gráfico perseguía, es favorecer la sensibilidad y familiarización de los alumnos con este tipo de formas. Como dice el calígrafo chino W. Xizhi: «La escritura necesita del sentido, mientras que la caligrafía se expresa sobre todo mediante la forma y el gesto; eleva el espíritu e ilumina los sentimientos.»