Jóvenes con capacidad creadora y sensibilidad para entender el lenguaje de una obra de arte. Eso es lo que les ha propuesto a sus alumnos del Excellence de pintura su profesor, Carlos Romano Silveira, antiguo alumno de BACH´04. Él es pintor de profesión, y tiene ya varias exposiciones en su carrera a pesar de su juventud (29 años).

Le hemos preguntado por sus ideas, sus clases, la motivación que intenta transmitir a los jóvenes. Recogemos aquí una breve entrevista.

P.- ¿Cómo te planteas las clases de pintura con “artistas” tan jóvenes?

R.- La principal finalidad que me guía en las clases de creación es la de ser un mediador o entre los alumnos y su propia necesidad de juego creativo. Por ello en las clases suelo recalcar la idea de que busquen y juzguen su propio trabajo.

Me suelo centrar con cada uno en potenciar más sus virtudes, las que parecen ser mas innatas, se descubren con facilidad viendo su manera de elegir el color, el tipo de pincelada, como posicionan los objetos, el trazo que tienen, todos mis creadores tienen un lenguaje ya propio más o menos depurado. Es como cuando un caligráfico ve su tipo de letra, o como oírles hablar, ellos ya eligieron y seguirán tomando decisiones deliberadas y otras inconscientes que conformaran su lenguaje.

P.- ¿Crees que aprenden a valorar mejor el arte?

R.- Ese es otro de mis objetivos. Y pienso que la creación es un camino directo, ella misma te enriquece el espirito de tal forma que se abre ante ti poco a poco la tercera dimensión de la cultura, como huella que muestra un modo sendero poético del vivir. Las Artes coexisten en un dialogo secreto y bastante poco explicable, se relacionan.  ¿Por qué mi hijo no lee?, Pues no lee porque no pinta; ¿Por qué no quiere ir al teatro? Tal vez porque jamás bailó.

P.- Desde luego cuando entras en el taller de pintura se nota un clima de tranquilidad…

R.- La sensibilidad es otro campo fundamental de la creación, uno de los caminos más rápidos para tener la cabeza en otras vainas, vainas como la belleza, vainas que tanto en adolescentes como en adultos nos conducen a la vibración frente al misterio de la vida, y nos impulsa a no dejarnos llevar por cosas pedestres que desordenan y perjudican la paz interior.

 

15sec_excellence_pintura (7)DSC_818615sec_excellence_pintura (9)15sec_excellence_pintura (15)15sec_excellence_pintura (21)DSC_8169DSC_8173DSC_8172DSC_8170DSC_8174DSC_8178DSC_8184DSC_818215sec_excellence_pintura (2)DSC_817115sec_excellence_pintura (4)