Así, con esa frase, resumía Ramón Lozano esta mañana de final de octubre de 2015 una trayectoria de veintiocho años como profesor de dibujo en el colegio. En un sencillo acto en el vestíbulo del pabellón central, y acompañado por otros profesores de Bachillerato, Ramón ha recibido un sincero homenaje que ha culminado con una comida. Roberto González (subdirector de Tajamar) y Luis Arenal (director de Bachillerato) impusieron la beca de honor del colegio y le entrega un regalo.
Ha recordado también cómo llegó al colegio: «un día de julio salía de vacaciones con mi familia y mi mujer se dio cuenta que nos dejábamos unas toallas. Subí de nuevo a casa y estaba sonando el teléfono. Lo descolgué. Era Rafa Martínez Olivares. Me llamaban de Tajamar para una entrevista de trabajo».
Ramón siempre ha compaginado su trabajo de arquitecto con la enseñanza. “Cuando tenía 19 años –recuerda- daba clase de matemáticas en el Sagrado Corazón de Vallecas a profesionales, padres de familia mucho mayores que yo, y recuerdo su gran sentido de responsabilidad y el respeto con que me trataban a pesar de ser tan joven. Ese buen trato, tan distinto a lo que se ve ahora, lo ha mantenido Tajamar”.”.
Se considera “una persona muy tímida, pero siempre me ha gustado estar en contacto con los jóvenes y tal vez por eso haya dedicado tanto tiempo a la enseñanza”.