Actualizar la educación sin perder los principios fundamentales. Este es el que reto nos proponemos.

Howard Gadner y su teoría sobre las inteligencia múltiples, por ejemplo, nos recuerda que hemos centrado la etapa escolar en la inteligencia matemática y lingüística, pero que existen otras muchas inteligencias olvidadas. Como ésta, encontramos numerosas propuestas: sobre trabajo cooperativo, evaluación por competencias, destrezas de pensamiento, aprender a hacer, flipped classroom, fomento de la creatividad, etc.
En educación, los principios fundamentales no se tocan. Son como los faros, que no se mueven, y que precisamente por eso son útiles como puntos de referencia en el camino. El panorama educativo actual exige, por parte de la comunidad educativa, pensar qué aspectos deben adaptar de su sistema educativo y qué aspectos son fundamentales y han de permanecer sin cambio.
Se trata, por tanto, de huir de dos extremos que resultarían igual de negativos: la visión inmovilista, que niega el cambio de la sociedad y olvida lo que los jóvenes necesitan; y la carrera frenética por cambiar, sin la necesaria reflexión del camino que iniciamos y cómo lo vamos a recorrer.
Algunos de estos aspectos que nos pueden ayudar a recorrer este camino incierto son:

FOMENTO DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA
En la educación finlandesa, se constata que si el alumno lee mucho mejora su comprensión lectora. De este modo, cuando los alumnos leen bien, adquieren un vocabulario amplio y aprenden a expresarse con corrección. Avanzan, así, de una forma satisfactoria durante su etapa escolar.
Este es uno de los factores que todos los estudios internacionales demuestran determinantes en la calidad de un sistema educativo, por encima del entorno socioeconómico, la inversión de las autoridades y los planes de estudio.
El estudio sistemático y ordenado de la lengua materna es un factor determinante a la hora de estructurar la cabeza y la capacidad de pensar. Parece lógico que sea un elemento de enorme importancia para el aprovechamiento de las clases que recibirá el alumno a lo largo de su vidaescolar.

EL PAPEL DE PADRES Y PROFESORES EN EL APRENDIZAJE DEL ALUMNO. AMAR LA VERDAD
Hay que recuperar el protagonismo educativo de los padres y, por expresa delegación de estos, el de los profesores.
El alumno ha de participar activamente en su aprendizaje, involucrarle e implicarle. Pero en educación tenemos que seguir enseñando temas fundamentales: qué está bien y mal, qué es verdad y mentira, dónde se encuentra la belleza.
El Papa Francisco decía, en una de sus reflexiones sobre educación, que tenemos que enseñar a nuestros jóvenes a buscar la luz de la verdad, que ilumina siempre. Los pequeños flashazos de la vida que en ocasiones atraen, pero muchas veces dejan luego ante una oscuridad más desconcertante.

RELACIONES SOCIALES
Es fundamental que el colegio refleje un entorno muy humano, donde los alumnos encuentren un ambiente social adecuado que les ayude a aprender, los profesores puedan trabajar a gusto y los padres sepan que son parte importante.
Tenemos que conseguir restablecer y fortalecer lazos: familia-escuela, profesor-alumnos, padres-hijos, etc.

EN OCASIONES LA TABLET NO ES LA SOLUCIÓN NI EL PROBLEMA
Escuchamos que la llegada de nuevos dispositivos a la escuela puede ser un error del que nos arrepintamos. El error, sin embargo, estaría en sustituir al mayor activo de un colegio (el profesor) por una tablet. Se trata de dar otra herramienta al profesor –como el libro, el cuaderno o la misma naturaleza–, para que enseñe de forma personalizada al alumno.
Sería un error igual de grave, pensar que las tablets en el aula son la solución como pensar que son el problema. Ambas visiones llevarían a una actuación poco útil, simplemente por no haber sabido definir bien los puntos de partida.
Como la educación trata de desarrollar el comportamiento humano, siempre será necesario que el protagonismo lo tenga el hombre: los profesores y los padres. Como recuerda con frecuencia Richard Gerver, no hay tecnología que forme al hombre.

ALUMNOS REFLEXIVOS QUE ELIJAN BIEN
La capacidad de decidir libremente es la que hace al hombre superior al resto de las criaturas. Tenemos la opción de ejercitar una cualidad exclusiva del ser humano: la elección. Por eso, uno de nuestros retos es aprender a elegir y a ser libres.
Asimilar que la libertad lleva consigo una responsabilidad, y que elegir exige de forma implícita tener la capacidad de valorar, de renunciar, de seguir adelante ante una elección equivocada. Así, nuestros jóvenes necesitan distinguir entre el bien y el mal, lo absoluto y lo relativo, el beneficio individual y el bien común, el deber y el placer, etc.
Para elegir bien, el hombre necesita sobre todo, conocimiento de la verdad y capacidad de reflexión. La toma de decisiones, exige un orden: pensar, decidir y obrar. Tan malo es obrar sin reflexionar, como reflexionar y no ser capaz de tomar una decisión.
Tenemos que ayudarles a ser reflexivos, buscadores de la verdad y consecuentes con sus decisiones. Enseñarles, así, que la persona es fruto de las decisiones que toma y no de las circunstancias que la rodean.

NO ESCOGER METODOLOGÍAS NUEVAS SOLO PORQUE SON NOVEDOSAS
Sería un error funesto cambiar el modo de trabajar simplemente porque aparezcan nuevas visiones, o abandonar las anteriores porque llevaban vigentes demasiado tiempo. Precisamente, necesitamos que en Primaria los alumnos aprendan a tener una conducta ordenada, mantener el silencio mientras habla el profesor, cómo tener el lápiz, ordenar las mesas, etc. Y, asimismo, que manejen un vocabulario amplio, que conozcan los acontecimientos históricos más importantes y que tenagn una buena comprensión lectora, etc.
En cada caso habrá que estudiar qué pedagogía y qué método de trabajo son óptimos para conseguir cada uno de esos objetivos. No se trata de elegir lo nuevo por ser nuevo o por ser más activo, sino de reflexionar y pensar para cada objetivo, cuál es la acción que se muestra más eficaz por parte de la escuela y la familia.

CONCLUYENDO
Estamos en un momento apasionante que provoca vértigo a los protagonistas. No se trata de dar más o menos protagonismo a los alumnos, sino de conseguir que cada uno asumamos la parte del cambio que nos corresponde.
El famoso informe Mc Kinsey, basado en los resultados de las pruebas de PISA, señala que el factor principal que determina la calidad de un sistema educativo es la calidad de los profesores y las facilidades que hagan bien su trabajo. Nuestro reto ahora es crear un clima en que los alumnos quieran aprender y que haya un respeto y apoyo hacia el profesor que permita a este implicarse más. Y que los padres vean cómo todo en el colegio se hace pensando en sus hijos.
Decía un prestigioso rector universitario: “la educación es un asunto sencillo: hay que adelantarse y pensar cómo va a ser el futuro de nuestros jóvenes y prepararles para ello”. En ello estamos, de la mano, haciendo equipo, familia y colegio.