Fue un lujo contar con la experiencia de un catedrático de instituto emérito y profesor de universidad, José Antonio Martínez Pons. Bajo su dirección, las clases de 1º A y B de Bachillerato realizaron tres experimentos químicos el pasado jueves 21 de mayo en el laboratorio. En concreto hicieron uno de criogenia, otro de cromatografía y un tercero de flujos.
Para el primero dispusieron de una heladera que contenía dos espacios: en uno generaba frío (que contenía hielo y sal), y en el otro vertieron batido de chocolate y nata. Al contacto de estos con el frío se producía la congelación y se generaba el helado de chocolate. Sirvió para explicar que la presencia de sal facilita el enfriamiento. Además se fabricó un polímero sintético termoestable como es la Bakelita, que contribuyó a que los alumnos comprobaran algunas propiedades de esta sustancia.
El experimento de los flujos laminar y turbulento consistió en llenar dos vasos pequeños, uno con agua y otro con vino. Enfrentados entre sí y separados por una tarjeta, los alumnos veían cómo poco a poco, por la única abertura que dejaba la tarjeta, el agua –con mayor densidad– bajaba y pasaba al vaso de vino; mientras que el vino –con menor densidad– sube y ocupa el espacio que tenía el vino.