Todos lo estaban esperando desde hace días, cuando empezaron a trabajar en clase el eclipse solar que ocurriría el viernes 20 de marzo entre las 09.00 y las 11:08. La expectación era grande. Y, como estaba también previsto, Jesús Carmona, un padre de Tajamar, instaló su telescopio para que los alumnos pudieran contemplar el eclipse. Lo único que no acompañó fue el tiempo. Las nubes impidieron ver con total nitidez el eclipse.
De todos modos, “lo importante es -según comentaba el profesor Juan Pablo Sánchez- lo que hemos aprendido”. Por ejemplo, cuál es tu ojo dominante; las normas de seguridad que hay que adoptar para no dañar la visión mientras ves el eclipse; el tiempo que tarda en llegar un fotón desde el centro del Sol a su superficie (1 millón de años), desde ahí hasta la Tierra (8 minutos) y desde la Luna a la Tierra 1 segundo; que el diámetro del Sol es 100 veces la Tierra; y que el Sol y la Luna encajan en un eclipse total porque ésta es 40 veces más pequeña y el Sol está 40 veces más lejos.
Los alumnos han disfrutado también de una experiencia única. Carlos Carrión González, de 4º de Primaria, dice que “hemos podido ver un eclipse por primera vez y ha sido muy chulo. Lo he visto con un visor que me he construido con ayuda de mi madre, que me orientó para ponerle adornos.”
Otro compañero de clase, David Guerero Martín, cuenta que “conseguí una caja de la panadería y luego en casa, con ayuda de mi padre, me construí el proyector solar. Coloqué dentro un papel sobre el que se proyectaría el eclipse y luego hice un agujero que cubrí con una lámina de papel de aluminio; la agujereé con una aguja e hice una prueba con la luz de una linterna para comprobar el efecto y funcionó. Hoy he visto el eclipse, a pesar de las nubes, bastante bien”.
Cualquiera diría -al oir esta descripción detallada del trabajo- que este joven es una astrónomo en potencia, pero nos sorprende diciendo que “me gustaría ser actor”. Sea lo que fuere, llegará lejos.
Los profesores habían editado un VIDEO (2 min) en el que explican de un modo divulgativo en qué consiste y las precauciones que debían adoptar para verlo sin sufrir radiaciones que dañen los ojos. También les proporcionaron material para comprender el fenómeno y les propusieron que investigasen por su cuenta y plantearon a los alumnos dos retos: “descubrir si puede haber eclipses lunares y saber explicar por qué no hay eclipses todos los meses”.
Según Juan Pablo Sánchez del Moral, profesor implicado en el experimento, “es una oportunidad que queremos aprovechar para comprobar datos experimentales en directo y para interactuar con el medio en el proceso de aprendizaje. No es lo mismo estudiar el Sol en un manual que aprovechar un eclipse solar para obtener datos por ti mismo”.
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