Este es el lema del mensaje que Tajamar lanza este año en un video realizado por la productora 101. El audiovisual refleja la necesidad de que familia y colegio vayan de la mano en la educación de los hijos. “Estamos convencidos de que es la clave para la buena marcha de nuestros jóvenes”, dice el director del colegio, Nacho San Román. “Como siempre -añade- con este vídeo hemos querido enviar a la sociedad un mensaje positivo, que pueda servir para que todos (familias, colegios, administración, etc.) reflexionemos y podamos poner nuestro granito de arena, en este caso luchando por trabajar de forma conjunta, haciendo un equipo”.
En el video intervienen madres, padres e hijos, por separado. Los padres se preguntan por sus inquietudes habituales: «¿lo estaré que lo estás haciendo bien? ¿estaré preparando bien a mi hijo para el futuro?»
Los padres muestran en el vídeo cuáles son sus preocupaciones: «que mi hijo sea una persona honesta», «que esté bien formado, como persona y académicamente; por ese orden, además». «Me gustaría que mi hijo supiera luchar por sus ideales», reconoce una de las madres entrevistadas.
La realidad demuestra que en la educación hay momentos buenos y momentos más difíciles. Los padres reconocen que «debo tener más paciencia con mis hijos, a veces se me olvida que son niños…sí, a veces grito antes de tiempo». En este sentido los hijos se sinceran y reconocen que «por mis papás siento pena…, cuando hago las cosas mal».
La experiencia del colegio Tajamar -dice su director- “es que el elemento decisivo sigue siendo personal: familias y colegio tienen que trabajar juntos”. La conjunción perfecta, desde luego, parece ser la ilusión de los profesores en su trabajo de ayudar a las familias en la educación que buscan en el colegio y su reconocimiento por parte de ellas.”
Los hijos sorprenden con sus repuestas. «Me gustaría ser como mi padre, sonreír más porque soy una persona muy seria»; «me dan lástima mis padres (…) cuando no saco buenas notas o no me porto bien »; «gracias papá y mamá por la educación que me habéis dado».
Lo padres y los hijos acaban reconociendo que “hay que implicarse en el colegio. No es un lugar donde vas y le sueltas (a tu hijo) y ya volveré a recogerle. Me siento orgullosa, no; lo siguiente”. En definitiva, es fundamental que en ambos la familia cuente con la cercanía y el apoyo del colegio. Si familia y colegio van de la mano las cosas son siempre un punto más sencillas.