Siempre trae alegría saber cómo van tus antiguos compañeros del colegio. En esta ocasión vamos a conocer un poco más a Pablo Mariñoso de la promoción Bachillerato 20′ que responde al cuestionario de Alumni Tajamar. Empezamos.
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¿A qué te dedicas actualmente?
Estoy terminando un doble grado universitario en Relaciones Internacionales, Filosofía, Política y Economía. Tras unos meses viviendo en Oriente Medio, ahora estoy centrado en terminar mis estudios al tiempo que colaboro escribiendo en diversos medios de comunicación como La Gaceta, la Revista Centinela y La Iberia. -
¿Un proyecto para los próximos años?
Publicar varios libros: uno, sobre la vida en el Líbano y Siria. Este saldrá pronto así que confío en que lo presentemos en el colegio los próximos meses. Otro, un ensayo sobre la esperanza. Y, ojalá, un estudio sobre el Pontificado de Benedicto XVI. Ahí hay mucho donde indagar… -
¿Cuál es tu equipo deportivo favorito?
Siempre he sido de la Real Sociedad. Aunque reconozco cierta debilidad por el Real Madrid. -
¿Una canción imprescindible para un viaje?
We are young, de Fun. -
¿Cuál es el emoticono del Whatsapp que más utilizas?
Este: 🫡. -
¿Qué aprendiste en Tajamar que te ha ayudado en tu profesión?
A querer lo pequeño y lo concreto. En Tajamar es tan importante atender en clase como recoger un papelillo del suelo. Disfrutar en el patio como comer esa verdura que no nos gustaba en el comedor. Cuando uno trabaja escribiendo, es fácil caer en la brocha gorda. ¡La política nos lo pone tan fácil! Por eso volver la mirada a lo pequeño, donde nace la virtud, es una gran lección de Tajamar. -
¿Qué piensas cuando pasas de camino cerca del colegio?
¡Procuro entrar! A veces tan sólo cinco minutos son necesarios para visitar la cripta, saludar a algún antiguo profesor y recordar aquellos años que tanto disfruté. -
¿Lo que más echas de menos de Tajamar?
Ese clima de libertad. A veces dicen que un colegio de chicos, con una educación católica, donde se busca la excelencia, es una burbuja. ¡Es mentira! Tajamar no nos encerró sino que nos abrió al mundo. Si ellos dicen que es una burbuja, yo digo que lo es de libertad. -
¿Eras de los que temían o les apasionaba el Test de Cooper?
Nunca disfruté especialmente del empeño por el atletismo del colegio. ¡Si es que el nombre del test ya indica que muy bueno no puede ser! Recuerdo, eso sí, que no paramos de reír mientras dábamos vueltas al campo de fútbol. -
Nunca olvidarás la excursión a…
¡Recuerdo con mucho cariño un viaje a Berlín! Aquellos días aprendiendo alemán junto a un par de profesores, con los que ahora mantengo amistad, fueron estupendos. Ahora bien: nunca olvidaré la convivencia en Navarra en bachillerato. Nuestro autobús quedó atrapado en mitad de la nieve, cuando tratábamos de llegar a San Miguel de Aralar. Creo que la tragedia duró unos quince segundos. Después todo fue una aventura divertidísima.
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¿Una anécdota curiosa como alumno de guardia?
Recuerdo aquellos años de primaria en los que todavía los alumnos colaboraban en secretaría y algunas veces nos tocaba llevar los cubos de basura en su sitio, junto a la puerta pequeña. Ahora esto sería impensable, pero en Tajamar se educa. Y educar es mucho más que enseñar. -
¿Un profesor que te haya marcado?, ¿por qué?
¡Podría mencionar cientos! Hay muchos que nunca me han dado clase pero los pasillos entre las clases también forman parte del colegio. ¡En los pasillos y recreos también se nos educaba! Por mencionar uno, recuerdo con cariño a Miguel Ángel Carvajal, que planteó las clases de religión como un alcázar de libertad para debatir cualquier tema. ¡Tuvimos auténticas discusiones! Pero su paciencia y su alegría me cautivaron y ahora somos amigos. -
¿Cuál fue la asignatura que más se te atascaba?
No entendí muy bien la asignatura de Educación para la ciudadanía. Cosas de los Gobiernos, imagino. Pero el colegio, aún así, hizo un esfuerzo por transmitirnos todo lo que en ella había de bueno, bello y verdadero. Creo que lo consiguió. -
¿El libro que más huella te dejó de los que te mandaron leer en el colegio?
El Quijote. Yo creo firmemente que obligar la lectura de determinados libros es un error del sistema educativo, pero con una excepción. El Quijote debe ser obligatorio en todos los colegios de todas las épocas porque nos explica quiénes somos. Leerlo en el colegio sembró una semilla. -
¿Eras de campo de césped o de tierra?
¡Dimos el salto! En primaria jugamos en aquel campo de tierra del corralito que nos curtió las rodillas. Pero cuando llegamos a la ESO, pudimos disfrutar del campo de césped, en el que al mismo tiempo una clase jugaba al fútbol, otra practicaba béisbol, otra saltaba vallas y la otra ensayaba figuras humanas. Recuerdo que en aquel campo había sitio para todos. -
El mejor belén que hizo tu clase fue…
Un año hicimos un gran Monopoly, y cada figura del belén tenía su casilla. Diseñamos aquel tablero, que tenía hasta cárcel, custodiada por Herodes. Y en el centro, la Sagrada Familia. Quisimos reflejar que, como en el Monopoly, la Sagrada Familia es el mejor sitio donde podemos construir. Esa sí que es inversión de la buena. -
¿A quién te gustaría ver en el próximo Encuentro Siempre Alumni?
Siempre es una alegría encontrar a antiguos profesores y compañeros. Pero me encantaría ver en el próximo encuentro a Don José Luis Alfaya. Es el sacerdote que nos dio la Primera Comunión, que nos educó en la fe. Tengo un recuerdo muy cariñoso de su labor, que endulzaba con algunas chuches. Ir a hablar con don José Luis era una gozada. -
¿Cuándo ha sido la última vez que visitaste Tajamar?
Voy a menudo. A veces a jugar al pádel y otras veces a visitar a algún antiguo profesor. Estar cerca de Tajamar es una suerte que no podemos desaprovechar. Y las puertas siempre están abiertas. -
¿Cuál es la última persona de tu promoción con la que te has tomado algo?
Todas las semanas me veo con alguno de mis compañeros. Tenemos un grupo estupendo y siempre quedamos cerca del colegio, en la Plaza de San Alberto. Hace unas semanas estuvimos tomando algo varios de clase allí y hace apenas unos días invité a casa a varios antiguos compañeros. ¡Acompañados por sus novias! -
¿Qué consejo les darías a los actuales alumnos del colegio?
Que disfruten de todo lo que es Tajamar. Tajamar no es un colegio convencional: hay mucho más que clases, asignaturas y exámenes. ¡Las propias instalaciones lo demuestran! El mejor consejo es que pasen por Tajamar con la determinación de que Tajamar pase por ellos.