El abogado y presidente del Club Málaga Valley, Javier Cremades, ha tomado posesión este mes de noviembre, en la sede de la Embajada de Italia en Madrid, del cargo de cónsul honorario de Italia en la ciudad de Málaga con el compromiso de aportar su experiencia para reforzar los vínculos entre ambos países y con la capital malagueña.

En un acto en el que ha estado arropado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y otros representantes de la vida política y económica malagueña, Cremades ha leído en italiano la solemne promesa con la que ha aceptado el cargo y, después, ha realizado un discurso en los dos idiomas, en el que ha ensalzado los vínculos entre Italia y Málaga, a través del Mar Mediterráneo y sus similitudes culturales y políticas. 

Con Emilio Butragueño en la carrera de 500 kms relevos de TajamarAdemás, ha subrayado que tanto Italia como Málaga “se abren al futuro” pese a las dificultades que impone la actual crisis económica y, en este sentido, ha recordado que el Club Málaga Valley “pretende ser referencia para la innovación y la tecnología y la transmisión de cultura y conocimiento a través del océano de Internet”.

Por su parte, el embajador de Italia en España, Leonardo Visconti di Modrone, ha saludado que la ciudad vuelva a tener un cónsul honorario italiano y ha subrayado que la capital es destino de gran parte del turismo italiano en España.

Los turistas, como las casi 9.000 personas que componen la comunidad italiana afincada en la ciudad, “pueden contar desde hoy con una persona seria y comprometida que cumplirá con ellos con la máxima ilusión y el deseo de ser útil”, ha destacado Visconti di Modrone.

Sumar sinergias

Por otro lado, Francisco de la Torre ha defendido el “acierto pleno” que supone el nombramiento de Cremades y ha previsto que la capacidad innovadora que comparten el país transalpino y la capital malagueña servirá para “sumar sinergias para el bien de ambas partes”.

Tras recordar que en el siglo XIX en Málaga existieron consulados de muchos países, ha defendido que Italia y Málaga tienen ahora el reto de “colaborar en el progreso común para ser capaces de solucionar los problemas” que acucian a la sociedad y sumar esfuerzos en seguridad y crecimiento económico.